En primer lugar, el contratante debe de crearse una cuenta en una plataforma influencer, una vez validada esa cuenta por parte de la herramienta, se publica en la misma plataforma una oferta de trabajo para encontrar al influencer adecuado para la promoción de esa empresa o marca.
La oferta de trabajo debe de estar bien descrita, es decir, exponer todos los detalles, argumentos, pagos… para que no haya malentendidos entre los influencers y el contratante.
Por ejemplo: Si en la descripción del trabajo a publicar se expone una cuantía de 100 dólares a pagar al influencer, pero luego en el presupuesto, pagas 80 dólares, ese trabajo está mal descrito y por lo tanto las propias plataformas influencers lo rechazarán inmediatamente.
El contratante debe depositar el dinero que se le va a pagar al influencer. Este método se utiliza para evitar el riesgo de impago al influencer una vez haya finalizado su trabajo. Ese dinero se queda en la plataforma influencer hasta que el influencer haya realizado con éxito su trabajo.
Una vez publicada la oferta de trabajo, las plataformas influencers se dedican a conseguir influencers para la campaña, es decir, muchos influencers ya existentes en la plataforma verán esa oferta y pueden enviar una propuesta de trabajo.
Los propios influencers pueden ofrecer una contraoferta a esos contratantes, en el caso que no estén totalmente de acuerdo con el método de pago, la cuantía a pagar, la cantidad de trabajo a realizar… con la finalidad de llegar a un acuerdo por ambas partes.
Una vez revisado el contacto y la propuesta por parte del contratante, se procede a enviar el contrato de trabajo al influencer para que lo firme. Una vez revisado ese contrato y firmado por parte del influencer, se inicia el trabajo y se sube la publicación a las diferentes redes sociales.
